La amabilidad es uno de los principales rasgos de personalidad identificados por el modelo de los Cinco Grandes. En un sentido amplio, se refiere a cómo una persona se relaciona con los demás, principalmente si son prosociales y orientados a las personas o si son antisociales y egocéntricos cuando se trata de interacciones sociales.1
Este elemento básico de la personalidad está en el centro de las relaciones interpersonales. Es lo que define cómo una persona se relaciona con los demás. En otras palabras, refleja la predisposición del individuo a desarrollar y mantener relaciones sociales.2
Como factor, parece aumentar con la edad y la expansión de las interacciones sociales, aunque tiende a declinar hacia el final de la vida, muy probablemente debido al declive de las capacidades cognitivas.3
A pesar de estar vinculado a lo que se percibe como rasgos positivos, tener un alto o bajo grado de amabilidad no es intrínsecamente bueno o malo. Solo refleja diferentes dimensiones del amplio concepto de personalidad.
De hecho, ambos lados del espectro tienen características deseables e indeseables, según la perspectiva.
Alta Amabilidad |
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Rasgos más fuertes |
Las desventajas |
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Baja Amabilidad |
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Rasgos más fuertes |
Las desventajas |
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Este rasgo de personalidad es muy buscado en un contexto organizacional y empresarial, particularmente para tareas que involucran trabajo en equipo o trabajar con otras personas, ya sea un cliente o en una negociación.
Las personas con un alto grado de amabilidad tienden a ser más amigables, altruistas, confiadas y sumisas, lo que tiene un impacto positivo en el trabajo en equipo al fomentar un sentido de cohesión, resolución de conflictos y cooperación.4
La amabilidad también se puede vincular a la dimensión de Apoyo y Cooperación del modelo de Great Eight (Los Gran Ocho) desarrollado por Bartram. Este modelo supervisa las competencias que pueden predecir el desempeño y la eficiencia organizacional mediante la combinación de rasgos de personalidad, aptitudes, motivaciones e intereses.5
Ambos modelos coinciden en que las personas con un alto grado de amabilidad y con una buena puntuación en Apoyo y Cooperación trabajan muy bien con las personas, comprenden y apoyan a los demás, escuchan a sus pares, son empáticos y tolerantes, y son coherentes con sus creencias y valores que a su vez complementan a los de la organización.6
Las personas con alta amabilidad parecen tener un desempeño particularmente bueno en carreras que requieren empatía e interacciones sociales.
Los posibles trabajos para personas con una personalidad agradable incluyen:
- Política
- Ventas
- Consejero
- Enfermero
- Relaciones públicas y marketing
- Maestro
- Gerente de Recursos Humanos
- Agente de servicio al cliente
- Terapeuta
Por otro lado, las personas con baja amabilidad tienden a prosperar en carreras en las que pueden trabajar solos y en las que pueden ejercer su juicio racional sin tener que preocuparse por los sentimientos de los demás. Estos son trabajos en los que sus rasgos percibidos negativamente, en lugar de limitar su desempeño, los ayudan a sobresalir.
Ejemplos de carreras en las que las personas con baja amabilidad tienden a ser particularmente buenas incluyen:
- Contador
- Ingeniero
- Científico
- Cirujano
- Crítico
- Emprendedor
- Escritor
- Programador
Referencias:
1 Sheese, Brad E. & Graziano, William G. (2004), Agreeableness. In Spielberger, Charles D. (Ed.), Encyclopedia of Applied Psychology. 117-121. Academic Press
2 Nguyen, Hong V. et al. (2013), Understanding Individual Variation in Student Alcohol Use. In Miller, Peter M. (ed.), Interventions for Addiction - Comprehensive Addictive Behaviors and Disorders, Volume 3. 955-965. Academic Press. https://doi.org/10.1016/C2011-0-07780-3
3 Chopik, W. J., & Kitayama, S. (2018). Personality change across the life span: Insights from a cross-cultural, longitudinal study. Journal of personality, 86(3), 508–521. https://doi.org/10.1111/jopy.12332
4 Alarcon, Gene M., Capiola, A. & Pfahler, Marc D. (2021), The role of human personality on trust in human-robot interaction. In Nam, Chang S. & Lyons, Joseph B. (Eds.) Trust in Human-Robot Interaction. Academic Press. https://doi.org/10.1016/C2018-0-04443-6
5 Bartram, D. (2002). The SHL Corporate Leadership Model: SHL White Paper. Thames Ditton: SHL Group.
6 Bartram, D. (2005). The Great Eight Competencies: a criterion-centric approach to validation. Journal of Applied Psychology, 90(6), 1185-1203. doi: 10.1037/0021-9010.90.6.1185