Ser un buen oyente es un rasgo de personalidad encantador que atrae a otras personas hacia ti. Cuando prestas toda tu atención a una persona y muestras interés en lo que está diciendo al hacer preguntas y comentar sus ideas, la haces sentir especial y estarás cultivando una relación de confianza. Es más probable que las personas se acerquen a ti y se abran a sus preocupaciones, pero también a las nuevas oportunidades y posibilidades que también pueden tener un efecto positivo en tu vida.
Escuchar también ayuda a evitar malentendidos y mejora la comunicación en general. Por un lado, recibirás el mensaje de forma más clara y directa. Por otro lado, al escuchar con atención, también puedes empezar a comprender la personalidad y los antecedentes de la otra persona, lo que a su vez te ayudará a generar empatía y entender de dónde provienen sus ideas.
La apertura a la experiencia es uno de los rasgos de personalidad más valiosos. Esto incluye estar abierto a aprender y descubrir cosas nuevas y, a su vez, ampliar tu círculo de intereses. Cuanto más sepas, más temas de conversación tendrás y mayor será la probabilidad de encontrar puntos en común con más personas. Parecerás y serás más accesible, informado y educado.
Lee más, ve más películas y documentales, sumergirte en una nueva cultura o actividades. Está abierto a la novedad.
Ciertamente ha escuchado antes a algunas personas decir que no les gustan a los demás debido a su honestidad y franqueza. O tal vez hayas usado esta excusa tú mismo.
La verdad es que tienden a causar antipatía hacia sí mismos no por lo que están diciendo sino por cómo lo están diciendo. Carecen de empatía en sus interacciones sociales. A nadie le gusta que le señalen sus fallas.
Puedes mejorar tu personalidad en este aspecto adoptando una actitud positiva. No señales solo los puntos negativos. Elogia a quienes se lo merecen. Hazles saber a los demás que los valoras y que reconoces su trabajo y sus intereses.
Cuando llegue el momento de ser directo y dar malas noticias, es más probable que tu franqueza ya sea recibida como una crítica constructiva en lugar de un ataque.
Párate erguido y camina con la frente en alto. Cambia tu postura para que los demás te perciban como alguien que tiene confianza en sí mismo. Sorprendentemente, un cambio de postura también puede afectar la forma como te percibes a ti mismo.
Por lo demás, puedes mejorar tu personalidad y tu confianza general al aceptar plenamente tus fortalezas y debilidades y adoptar una actitud positiva. Siempre hay margen para mejorar y aprender.
No finjas que lo sabes todo. Esto solo generará ansiedad y hará que los demás te vean como poco confiable porque todos sabemos que nadie lo sabe todo. Admite que no lo sabes… todavía. Y aprende todo lo que puedas al respecto de inmediato.
Este enfoque te hará parecer más confiable y te enseñará a ti mismo que tienes el potencial para hacer cualquier cosa a que te propongas, lo que a su vez mejorará tu confianza.
Puede que seas una persona muy interesante, conocedora y educada que podría deslumbrar a cualquier cita o jefe en poco tiempo, pero si no tienes las habilidades de comunicación, puede que todo sea en vano.
Detenerse constantemente a mitad de la oración, usar demasiadas muletillas ("uhm...", "a ver...", "pues...", “vamos”, “bueno”) y mezclar ideas y argumentos puede evitar que captes la atención de tu interlocutor y transmitir la idea de que no eres competente en el tema.
Respira profundamente y piensa antes de hablar. Estructura lo que quieres decir en tu mente y luego transmítelo con claridad. Es mejor hablar despacio pero con confianza que tratar de apresurar y mezclar todo.
A nadie le gusta estar cerca de alguien que está constantemente lloriqueando y quejándose. Su negatividad puede estropear cualquier momento alegre y drenar la energía de todos los que los rodean. Además, esa negatividad también afecta su personalidad y tienden a sentirse miserables e infelices.
Si deseas mejorar tu personalidad, debes trabajar en tu enfoque de los problemas. ¿Para qué llorar sobre la leche derramada? En lugar de centrarte en las desventajas, adopta un enfoque proactivo e intenta encontrar activamente soluciones a los problemas. Si no es un problema en sí mismo, sino una desgracia, intenta mirarlo desde una perspectiva positiva.
¿Tu pareja rompió contigo? Triste, pero al menos ya no tendrás que fingir que te agrada su madre. Además, te ahorras el regalo de San Valentín. ¿Fuiste despedido? Ahora puedes hacer eso que has querido hacer durante mucho tiempo pero no tenías el tiempo.
Sé fiel a tu palabra y trátate a tí mismo y a los demás con respeto. Tener integridad es uno de los rasgos de personalidad más valiosos y uno que también genera admiración y respeto por parte de los demás.
Una persona íntegra se percibe como digna de confianza y segura.
Una de las formas de mejorar tu personalidad es demostrando que tienes una. Habla alto y claro. Da tu opinión, haz sugerencias, debate con otros y demuestra confianza. Las personas que no tienen una opinión sobre nada son fácilmente olvidadas o descartadas.
Las interacciones sociales se vuelven más estimulantes e interesantes cuando los intervinientes comparten sus diferentes perspectivas y puntos de vista.
El objetivo de estos consejos es ayudarte a mejorar tu personalidad, no a cambiarla. Cada persona es única a su manera debido a su particular combinación de rasgos. Eso es lo que las convierte en especiales y hace que valga la pena conocerlas e interactuar con ellas.
Si cambias tu personalidad para encajar o si simplemente intentas imitar a otra persona, pierdes tu autenticidad. Con toda probabilidad, no serás feliz ni tendrás nunca una sensación de plenitud.